Carta Pastoral de mons. Barrio con motivo de la renovación de los miembros del Consejo Presbiteral y del Colegio de Arciprestes

Queridos Sacerdotes y Religiosos:

Concluido ya el período de tiempo para el que habían sido nombrados los hasta ahora Miembros del Consejo de Presbíteros y del Colegio de Arciprestes, me propongo según la propia dinámica institucional renovar los miembros de estas instituciones, expresión de comunión y cauce de colaboración en el gobierno pastoral de la Diócesis, reconociendo que la realidad de la vida diocesana es más grande que nuestros propios esquemas.

Al adjuntarles el material correspondiente para proceder a elegir o hacer la propuesta de nombres para los nuevos nombramientos, es oportuno considerar que esto va más allá de una pura apreciación sociológica, y encuentra su sentido en la sacramentalidad presbiteral y en el dinamismo de la vida misma de la Iglesia.

El obispo ha de escuchar, consultar y dialogar con los sacerdotes sobre las necesidades pastorales y el bien de la diócesis en medio de los desafíos pastorales en que nos encontramos. A esto contribuye el consejo de presbíteros, representantes del presbiterio, que aconseja al obispo en el gobierno de la diócesis, haciéndose eco del sentir de todo el presbiterio.

También el arcipreste es el sacerdote nombrado por el Obispo diocesano para colaborar más estrechamente con él, en la misión de promover, coordinar y moderar la actividad pastoral común, preocuparse por los sacerdotes y procurar que la pastoral parroquial se armonice con las orientaciones diocesanas.

Quiero agradecer la inestimable ayuda y la generosa disponibilidad de los Sres. Consejeros y de los Sres. Arciprestes que en estos años han colaborado pastoralmente en las tareas propias a ellos encomendadas. Mi gratitud también para todos los miembros del Presbiterio diocesano. “La unión de los presbíteros con el Obispo se requiere tanto más en nuestros días cuanto que, en nuestro tiempo, por causas diversas los proyectos apostólicos no sólo revisten formas múltiples sino que además es necesario que desborden los límites de una parroquia o de una diócesis” (PO 7). Sabedor de la importancia de este compromiso, les pido que elijan a quienes consideren que han de formar parte del Consejo de Presbíteros o propongan a quienes puedan ser del Colegio de Arciprestes en conformidad con la legislación canónica (c. 553, 2), recordando lo que el Señor dijo a san Pablo: “Te basta mi gracia, porque mi fuerza se manifiesta en la debilidad” (2Cor 12,9).

Aprovecho esta ocasión para saludarles con fraternal afecto y bendecirles en el Señor,

 

+ Julián Barrio Barrio,
Arzobispo de Santiago de Compostela.