Intervención de mons. Barrio en Cope: 11 de enero de 2019

 

Ayer tuve ocasión de visitar la capilla remodelada del hospital coruñés de Oza. Podría parecer algo banal, sin demasiada importancia. Sin embargo creo que sí la tiene en este momento en el que la dimensión humanista va perdiendo espacio en nuestra sociedad y se pretende marginar a la Iglesia en los espacios públicos. Esto es motivo de preocupación, porque supone ignorar la espiritualidad y el ansia de trascendencia que todo ser humano lleva dentro. No podemos reducir la persona humana a un simple objeto socavando su dignidad. Hemos sido creados a imagen y semejanza de Dios. La fe cristiana es a la vez una experimentación de filiación y una experiencia de fraternidad: Hijos en el Hijo Jesucristo y hermanos en el Hermano.

Frente al pesimismo antropológico la Iglesia propone el mensaje liberador de Cristo. Acabamos de celebrar el misterio de Dios encarnado. El Creador se ha hecho creatura. Ha asumido en todo la condición humana, también en las limitaciones propias de toda persona, excepto en el pecado. Jesús conoció los padecimientos y el dolor extremo. A lo largo de su vida pública curó a muchos enfermos y se enfrentó a las dolencias que en muchos casos suponían también la exclusión social y la pobreza extrema.

La Iglesia en los hospitales encarna el amor de Dios ahí dónde el sufrimiento se percibe vivamente. No olvidemos que en el atardecer de nuestra vida se nos examinará del amor con que hayamos amado a nuestros hermanos. La respuesta que demos los cristianos ante el dolor del que sufre medirá fielmente la calidad de nuestra fe. Sólo seremos seguidores de Cristo si nos mostramos solidarios con el dolor ajeno, y escuchamos el grito de la persona que sufre.

Cuando comienza un nuevo año solemos hacer propósitos. Tal vez este año uno podría ser visitar a los enfermos que sufren en un hospital o en su casa, sobre todo a aquellos que más lo necesiten. Acompañar su soledad, aliviar sus miedos y enjugar las lágrimas de su sufrimiento nos acercarán más al Señor.