Monseñor Barrio recuerda en este Jueves Santo, jornada del amor fraterno, a las personas que se entregan y dan la vida por los demás

  • El arzobispo indica en su homilía de la celebración de la Cena del Señor que “la verdadera revolución se hizo con una palangana y una toalla”, en alusión al Lavatorio de pies

“Tener parte con Jesús mediante el lavatorio significa amar, entregándose y dando la vida por los demás. ¡Cuántos ejemplos estamos viendo!”. Así se refería hoy el arzobispo de Santiago, monseñor Julián Barrio, en su homilía de la solemnidad de la Cena del Señor a la escena evangélica del Lavatorio de los pies. “La verdadera revolución”, dijo, “se hizo con una palangana y una toalla. No llegó por el camino del poder y la fuerza, ni siquiera de la sabiduría y la riqueza. Llegó arrodillada, acariciando los pies heridos y secándolos con la ternura de un amor sin límites”. La Eucaristía fue transmitida en directo a través del segundo canal de Televisión de Galicia (TVG), transmisión enmarcada en la programación especial que la televisión autonómica dedica a la Semana Santa. En esta jornada en la que la Iglesia conmemora la institución de la Eucaristía, del sacerdocio y el día del amor fraterno, el arzobispo indicó que “Cristo dio su vida por nosotros, nosotros debemos dar nuestra vida por los hermanos, aliviando sus penas, curando y vendando sus heridas físicas y espirituales, y dándoles ejemplo con una vida honrada”.

El arzobispo de Santiago añadió que esta actitud “comporta despojarse de todo aquello que nos sitúa en una posición de poder y prestigio, y abajarnos para poder mirar a los demás desde abajo, no por encima del hombro”.

“¡Quitemos los tacones y no andemos  de puntillas, modos que nos desfiguran aparentando lo que no somos! Hemos de dejar tantos ropajes que nos impiden ser nosotros mismos y encontrarnos con los demás para servirles, sobre todo con los pobres y los descartados de nuestra sociedad”, indicó monseñor Barrio. “La caridad será la señal por la que reconocerán al cristiano. ¡Aprendamos la lección del Señor y llevémosla a nuestros deberes en la casa, en el trabajo, en la sociedad, en la comunidad eclesial”, afirmó el arzobispo compostelano.