En el año 522, Eutiquio, noble romano, puso a su hijo Mauro, que a la sazón tenía 12 años, bajo la protección de San Benito; luego que creció en edad, le hizo San Benito su coadjuntor. Yendo un día el monje Plácido a sacar agua a una laguna, cayó en ella y fue a parar a bastante distancia de la orilla; vió esto en espíritu San Benito y mandó a Mauro para que le sacase. Obedeció San Mauro y marchó andando sobre las aguas de la laguna sacando a Plácido sin mojarse él nada. San Mauro marchó a Francia en le año 543 y allí fundó la abadía de Granfevil, llamada ahora de San Mauro Sur-Soire. Se retiró luego a una celda de soledad y por espacio de dos años vivió vida contemplativa alejado del mundo. Murió el 15 de enero del año 584 sobre un saco ante el altar de San Martín, donde recibió los Santos Sacramentos